Estimado lector, al empezar este post tienes que saber que evitaré al máximo hacer cualquier valoración política, puesto que este es un blog cervecero queremos hablar de la colorada.
Hace unos días nos levantamos con la sorpresa de que la burgomaestre de Guayaquil, la abogada Cynthia Viteri, quien se halla en plena campaña política para la reelección lanzó su propia cerveza: ¡La Colorada!, y es de esto de lo que queremos hablar.
Cerveza La Colorada
En primer lugar lo obvio. Viteri no tiene ni se ha montado una fábrica de cerveza artesanal, sino que la elaboró y enlató una fábrica guayaquileña. Buscamos información sobre quién la elaboró pero no encontramos mucho, sino un descargo de que la cervecería prefiere mantenerse en el anonimato.
Sin embargo, después de hurgar un poco hemos hallado una pista: se elaboraron unas 2500 latas. Pues bien, a simple vista son latas de 355 ml, lo cual, por simple matemática: 2500*0,355=887 l, podemos deducir que es una fábrica con un Brewhouse de entre 450 – 1000 litros y fermentadores de al menos 1000 litros. Eso reduce las posibilidad sensiblemente a unas pocas marcas, pero claro, si el autor no quiere revelarse, tampoco lo vamos a forzar.
También sabemos que tiene 4,8% ABV. Deducimos que es una Ale, turbia, posiblemente una Weissbier, pero en ingredientes dice que únicamente tiene malta de cebada, así que descarto esa idea.
Lastimosamente, poco puedo decir sobre la birra, así que si tienes una lata escríbeme que me encantaría catarla y subir una reseña en condiciones.
La sociedad «tapiñada»
En el fondo, cuando pensé en escribir esté artículo quería hablar algo más que de la cerveza en sí misma; sobre los comentarios de algunos «líderes de opinión» del país y público en general.
Estoy HORRORIZADO, por la satanización que se le da a la cerveza y al alcohol en general. Por ejemplo, una conocida caricaturista (a la cual no pienso darle palestra), realizaba una «crítica» súper “graciosa” sobre un trío de borrachos con una de estas cervezas en mano. Y yo me pregunto, ¿acaso esta persona no se toma una cerveza cuando sale a un bar, ve un partido de fútbol, o conversa con un amigo? ¿un vino?, o resulta que el resto bebe «maldito alcohol» y ella «agua bendita».
La pregunta de fondo es, ¿qué tipo de sociedad somos para satanizar que una candidata utilice unas poquísimas latas de cerveza artesanal pero no nos espanta que otros hayan utilizado mañas que van desde lanzarse desde helicópteros hasta ofrecer regalar dinero en efectivo a mansalva?
Quizás somos una sociedad de tapiñados. Acaso nos hace falta realizar una campaña masiva sobre la des-satanización de la cerveza, sobre el consumo responsable y la cultura en torno a las bebidas alcohólicas. Quizás haya gente a la que le falta viajar y ver cómo en Italia, España, o Francia, es maravilloso ir a una terraza y tomarte una caña o una copa. Pero no, seguimos inmersos en la cultura de la cancelación, en los años oscuros de la prohibición. En donde la solución a los problemas de la sociedad pasa por vivir en un claustro, beber agua y comer pan.
Leer: La Ley Seca, el afán por tomar medidas erradas.
¿Acaso digo que nos perdamos en los brazos de Baco sin control? ¡De ninguna manera! En este blog promovemos una el control y disfrute responsable de la cerveza como elemento cultural. Lo repito por si es que a algún despistado se le haya pasado por alto.
Entonces, ¿en dónde consigo una La Colorada?
No es una pregunta retórica. No lo sé. De vuelta; si tienes una lata, avísanos. Queremos catarla y catalogarla en las bases de datos pertinentes.
