Para cualquier buen cervecero la República Checa, o simplemente Chequia, es un destino casi obligatorio en nuestra lista de lugares que sí o sí tenemos que visitar alguna vez en nuestra vida.
Y es que este pequeño país de menos de 79.ooo km2 de extensión y poco más de 10 millones y medio de habitantes, es el campeón del mundo de consumo de cerveza a nivel mundial, per capita, claro. Cada checo bebe en promedio el honroso y nada despreciable valor de 143.3 l de cerveza al año en promedio. Significa 0,39 litros diarios. ¿No suena tanto? Bueno, si tomas en cuenta que el segundo lugar lo ostenta Namibia con 108, y Alemania el tercero con 104, notarás que no es una cifra menor. Aquí puedes ver la tabla completa: Link.
Datos generales e importantes
Pivo: Cerveza en checo.
Pivovar: Cervecería.
Moneda: Coronas checas. Lo mejor es llegar a Chequia y sacar dinero desde un cajero automático. Las casas de cambio suelen pedir un mínimo para cambiar el dinero a la tasa oficial, por lo que puedes perder mucho dinero. Cambio aprox: 1 euro = 22 coronas.
Ciudades importantes: Praga, Brno, Pilsen.
Idioma: El checo y el eslovaco son los idiomas oficiales. En la zona turística mucha gente habla inglés, pero nos ha llamado la atención que fuera de ella, poco, muy poco, o nada.
Cómo moverte: El metro y el tren son los principales medios de transporte. Si tomas un taxi procura preguntar antes cuánto te costaría, ya que algunos profesionales del volante intentarán timarte (como en todo el mundo).
Religión: Los checos son muy tolerantes ante cualquier religión, pero también es una de las sociedades menos religiosas del mundo. Dominan los ateos.
Política: Es un tema delicado, como siempre. Recuerda que Chequia fue una República Socialista, bajo el dominio ruso, con lo cual puedes encontrarte posturas muy opuestas al respecto. Mejor hablar de cerveza.
Clima: Es Centro Europa. Es frío. Si vas en verano posiblemente tengas que utilizar un saco ligero (jersey). En invierno es muy frío y llueve mucho, deberás tomar todas las precauciones posibles. Dice un refrán: “No hay mal clima sino ropa inadecuada”.
¿Cómo llego a la República Checa?
Puedes llegar directamente a Praga, al aeropuerto internacional de Ruzyne (Praga), pero el costo de los pasajes, desde Madrid suele ser alto. Pero tranquilo, Chequia es un país de Centro Europa, y como tal, goza de las ventajas de estar relativamente cerca de otras grandes ciudades. Alternativamente puedes llegar a los aeropuerto de Berlín o Viena, desde los cuales hay buses que parten directamente a Praga sin la necesidad si quiera de que pongas un pie en estas ciudades. Al aeropuerto de Berlín y Viena, desde Madrid, hemos visto pasajes en 20 euros, con lo cual, vale la pena ponerlos en la lista. Eso sí, considera las 6 horas de viaje.
También puedes llegar es tren; te recomendamos usar Regio Jet, que por un módico costo de 15 euros te ofrece un traslado desde el centro de Viena al centro de Praga.
¿En dónde me alojo?
De forma general, recomendamos que llegues a Praga porque está en el centro del país, y desde ahí te dirijas a los demás destinos que la República Checa ofrece.
Praga es una ciudad llena de ofertas para hospedarse, y que al cambio corona – euro – dólar, resulta beneficioso para los viajeros.
Eso sí, intenta hospedarte en la zona conocida como Praga 1, porque es alrededor de ésta en donde se encuentran la gran mayoría de las atracciones que podrás ver en la ciudad.
Desde hace unos años está de moda usar Airbnb, y en la República Checa te lo recomendamos. Si lo tuyo es llegar a un hotel, Booking es la mejor opción.
¿Cómo me movilizo?
Dentro de Praga casi todo lo podrás hacer caminando. También está el metro, y aquí una recomendación, las máquinas de venta de billetes de metro sólo aceptan monedas, por lo que deberías llevar siempre unas cuantas en el bolsillo. Otra opción es comprar los tickets en las tiendas que están en la misma estación.
En Praga, el metro, funciona por tiempo, por lo que compras un ticket de 24 coronas por media hora, 36 coronas por 1 hora, etc. Te llamará la atención que no hay tornos de entrada por lo que es muy tentador pasarse sin pagar. Nosotros no lo hicimos, pero sí se nos perdió el ticket ya cuando estábamos en el metro y al salir en un control de rutina nos pusieron la no poca multa de 80 euros. ¿Vale la pena correr el riesgo y pasar un mal rato por 1 euro? No.
Si sales de la ciudad, nuevamente está la opción de Regio Jet, de la que habíamos comentado antes. También puedes tomar cualquier tren que salga de la Hlavní Nádraží, la estación central de trenes. No olvides preguntar cuál es la última hora del tren de regreso, y si es posible, compra con anticipación el ticket.
El principal destino cervecero: Pilsen
Nota (20 dic 2018): Está listo nuestro post sobre Pilsen Urquell, te invitamos a leerlo en este link: https://bit.ly/2PSP3Oy
Sin duda alguna, en primer lugar tienes que conocer la fábrica de Pilsner Urquell. Se ubica en la ciudad de Pilsen, a más o menos 1 hora y media de Praga. La ciudad como tal es una pintoresca ciudad checa, en donde te recomendamos pasar unas horas, conocer el parque central, el museo de la cerveza, y los subterráneos de Pilsen.
En Pilsner Urquell se ofrecen varios recorridos por sus instalaciones, pero en inglés, que es el idioma más familiar para los hispanohablantes. Tienes que estar atento porque sólo hay recorridos diarios a las 13:00, 14:45 y a las 16:30. También hay disponibilidad en checo, ruso y alemán. Además se pueden solicitar visitas en español, italiano y francés, pero para grupos concertados de más de 15 personas.
No queremos contarte mucho más en este post porque le dedicaremos uno entero a esta visita. Hay demasiado que te queremos contar.
Para más información sobre el tour de Pilsner Urquell puedes visitar su web.
Visita Brno
No todo en la República Checa es Praga. Puedes visitar también Brno, la capital histórica de Moravia, y la segunda ciudad más grande del país.
Nosotros, en esta visita, tuvimos la suerte de conocer a personas muy amenas, en las que queremos destacar a nuestro nuevo amigo Luciano, un brasileño que vive varios años en Brno. Eso nos dio la ventaja de tener un guía que nos llevó a varios sitios que quizás yendo solos nunca hubiéramos llegado. Uno de ellos fue el U Karla, un clásico restaurante checo en donde pudimos beber cerveza local y degustar de varios platillos que como ven en las fotos, estaban espectaculares. Lo mejor fue al momento de pagar: 400 coronas, que aunque suenan muchísimo, no son más que 15 euros.
No sé el porqué, pero los cuadros de diferentes emperadores austro húngaros, le dan un toque mítico al lugar.
Es ahí en donde nos enteramos que la famosa marca estadounidense Budweiser, toma su nombre de dos marcas checas, la Budweiser Budvar y la Budweiser Bier Bürgerbräu. Una historia, que para nosotros era desconocida, pero a la que seguro le dedicaremos una entrada completa.
Un detalle de la espuma. Nos han contado en Chequia que una buena cerveza debe tener no sólo una gran espuma, sino que esta al bajar debe formar una especie de islas de nata. Interesante, sin dudas. Lo incorporaremos a nuestras recetas.
Degustamos también una lager ligera de la Měšťanský pivovar v Poličce, con un elevado diacetilo, pero tan bien integrado con el resto de la cerveza que provocaba una agradable sensación en boca y permitía tomar una y otra jarra sin parar.