Bares y cerveceros. Situaciones kafkianas. ¿Aliados o enemigos?

Son varios años ya de los que en una estancia en Hamburgo, una pariente se contentó porque días después estaríamos en Praga de vacaciones.

– Visitarás la tierra de Kafka. – Me dijo, con una emoción particular que llamó mi atención. Mas, tenía que reconocer que ese nombre no constaba en mi biblioteca mental.

– ¿Quién es él? – Pregunté, casi con el temor premonitorio de lo que venía. Mi ignorancia pasaría factura. Lo comprendí. Pasó.

– ¿Cómo no sabes quién es él? Es el más grande escritor checo. – Supe entonces que tenía que leer su obra.

Tiempo después compré un libro y sí, Kafka es grande, mágico, es un artista capaz de transportarte a un mundo paralelo en donde las situaciones comunes se vuelven irreales. Pero Kafka no escribe ciencia ficción per se, sino más bien, una distorsión intencionada de lo obvio. Absurdos.

Estas características forjaron un término aceptado por la RAE: Kafkiano.

kafkiano, na

1. adj. Perteneciente o relativo a Franz Kafka, escritor checo, o a su obra.
2. adj. Que tiene rasgos característicos de la obra de Kafka.
3. adj. Dicho de una situación: Absurda, angustiosa.
Real Academia Española

Esto es Kafkiano

Me he dado la molestia de arrancar esta entrada explicando el origen de este término porque no he encontrado una palabra en el idioma castellano más apta para describir las situaciones a las que se ven expuestos gran parte de los cerveceros ecuatorianos.

Durante mi última estancia en el país, he tenido la oportunidad de conversar con muchos cerveceros del medio, y me he quedado atónito, estupefacto, indignado, consternado, y finalmente entristecido por una situación incómoda que se está dando en el día a día.

– No me pagan dos años, he tratado de conversar con ellos pero siempre se hacen los locos. – Me decía un cervecero, del cual, por obvias razones no daré su nombre.

– Verás, les di $1.000 en cervezas, pero no me pagaban, entonces les he seguido dejando cerveza para que me paguen lo nuevo, pero el hueco inicial nunca se saldó. – Relato de otro colega.

– Yo tengo un montón de cuentas por cobrar, pero estos manes no pagan. Creo que voy a tener que seguir acciones legales. – Un tercer colega.

¿Cómo es el flujo de dinero del negocio de la cerveza?

Estos relatos me han llevado a pensar en cómo se mueve el dinero de la cerveza.

Pues, es anecdótico pensar que de toda la cadena productiva, el bar es casi el único que sí o sí cobra a tiempo después de la entrega del producto.

La cerveza se hace con materias primas que muchas veces son consignadas a crédito. Luego, pasan semanas o meses hasta ser ubicadas en bares o puntos de venta. Después de este tiempo, el cervecero normalmente deja a consignación su producto, esperando claro, un pago pronto. Finalmente el bar vende esta cerveza, pero ojo, la cobra al instante o con cierto retraso (pago con tarjetas de crédito), pero con riesgo cero.

Es decir que, se convierte en el único ente en recibir un pago completo en tiempo inmediato o relativamente corto.

El bar tiene la sartén por el mango

Hay que decir una realidad. Esto se convierte en una posición de quién tiene más poder. Gana quien se enfrenta al público. Es el bar quien decide al fin qué cervezas, qué marcas, qué estilos, se presentan a la gente que, sin mayor opción y dubitativamente se ven obligados a aceptar lo que se les ofrece.

¿Cómo puede entonces una cervecería pequeña ubicar su producto sin que esto suponga un riesgo enorme de caer en un impago? ¿Quién se preocupa de ello? ¿Qué han hecho las asociaciones al respecto? ¿Cómo se está abordando este tema? Todas las respuestas a estas preguntas tienen negativas. Kafkiano.

Bares y riesgos, palabras relacionadas

Convengamos en algo, para que nadie piense que tenemos algo en contra de los bares. No. De hecho muchos son regentados por amigos.

Tener un bar es difícil, agotador, riesgoso, complejo, costoso. Lo sabemos y entendemos. Gracias por asumir esos riesgos. Pero nuestra crítica no va por aquel camino.

Es una cuestión de matemática simple. Vendiste 100 litros, paga esos 100 litros. Si es que los costos son mayores, sube el precio, y si el mercado no lo paga, tendrás que buscar otro negocio.

Lo que no entiendo es cómo se puede trabajar en base a una falsedad. Una deuda que se mantiene como cuenta por pagar y que aparentemente no tiene fin.

Las opciones

Al finalizar el día, creo yo, que no termina minando la relación bares-cerveceros las deudas en sí mismas. Lo que realmente destruye es la falta de comunicación, la ausencia de arreglos, y es por ello que, como venimos con propuestas bajo el brazo, dejamos unas cuantas ideas que pueden servir si es que no puedes pagar directamente ese faltante.

• Habla con el cervecero. Posiblemente le interesa aceptar exclusividad en un grifo a cambio de esa deuda.
• ¿Qué tal los canjes publicitarios? Siempre es una buena idea.
• Eventos y lanzamientos. Podrían cruzar esas cuentas prestando tu local para que el cervecero realice lanzamientos y presente nuevos estilos.

Usemos la imaginación y encontraremos soluciones. Juntos, sincerándonos.

¿Todos los bares en el mismo saco?

Cuidado, no hemos dicho que son todos los bares ni todos los cerveceros que han caído en este problema. Posiblemente son casos puntuales, sí. Pero no se puede desconocer que, aparentemente, son muchos casos puntuales. Y eso es lo preocupante.

Bares y cerveceros, conversemos pero sin excusas

Una cosa con la cual quisiera terminar es pedir, casi de favor, que no pongamos excusas del tipo la cerveza estaba mala, el mes fue malo, o él no viene a retirar el cheque.

Si la cerveza estaba mala, devuélvele, solucionado.

El mes fue malo, pues, paga esa cerveza en los meses posteriores, pero no al año o más.

Mi comentario. Esto termina siendo al fin del día parte de nuestra idiosincrasia. Tenemos un serio problema con la seriedad y el pago de deudas. Buscamos siempre una dosis de viveza criolla y otra de excusadores compulsivos. Debemos madurar, ya es hora.

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